ASÍ
SE LO CUENTO:
Autor:
Kevin Contreras
“La Desalentada Juventud Hondureña”
Sin
duda que los casos de suicidios en Honduras van en aumento, los datos en lo que
va de este año son verdaderamente alarmantes, en estos pocos días de este 2019
son más de 40 personas que han decidido quitarse la vida en el país, y, un gran
porcentaje de ellos son jóvenes.
Según
la organización Mundial de Salud (OMS) se estima que aproximadamente unas
800,000 personas cometen suicidio cada año. En Honduras solo de Enero a Junio
de 2018 se registraron 209 suicidios que representó un aumento de 7.7% en
relación al 2017, según el Instituto Universitario en Democracia, Paz y
Seguridad (IUDPAS).
Muchos
de estos casos se deben a la depresión, ansiedad, estrés, falta de atención,
falta de oportunidades etc. Según algunos testimonios de familiares y amigos de
las personas que tomaron esta fatal decisión.
Como
Estado y Sociedad tenemos una ardua tarea, por una parte Honduras que es
abatida por la corrupción desmedida por una gran parte del sector político del
país, quedando en libertad la mayoría de señalados de desviar dinero del erario
público, mismos fondos que tendrían que haber sido destinados para educación,
al igual que oportunidades para cientos de jóvenes talentosos, que han caído en
la pobreza por la asegurada impunidad para los actores de grandes actos de
corrupción. Según el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) más de L. 30 mil
millones de lempiras anuales se pierden en Honduras debido a la corrupción.
Asimismo,
como sociedad que día a día nos volvemos más estresados por los problemas
sociales y personales, no debemos de caer en la empatía y falta de compresión,
la depresión no tiene cara; Pese a como nos podamos sentir, debemos de aportar
con una sonrisa, con una abrazo, con un mensaje positivo, hacer sentir que las
personas se sientan escuchadas, estar alertas a cualquier señal que nos pueda
hacer ver que una persona actúa o se sienta diferente. Ya que en su mayoría,
las personas en esta situación no buscan ser ayudadas por el “qué dirán”, por
las burlas, o por no sentir que las personas piensen que sus problemas son
inútiles y sin sentido, cada quien carga con una cruz, y, personalmente cada
persona sabe el verdadero peso de ella.
Nuestra
juventud está desalentada, por no tener oportunidades, por la falta de
comprensión, y por muchos factores que en realidad hacen de una sociedad
hundida en la depresión. Nuestro deber es ayudar y sembrar la semilla de la
esperanza y el aliento.