Autor: Kevin Contreras
"Carta Para Un Corrupto Hondureño"
Hoy quiero dirigirme a ustedes políticos, empresarios, los
que actualmente “dirigen” y “dominan” el país, y también a aquellas y aquellos
que lo han dirigido y han hecho las cosas mal, podría escribir esta carta con
un ámbito periodístico, pero tendría que ser imparcial y objetivo, pero ante lo
que mis ojos han visto, ven y estoy seguro que mirarán no puedo utilizar la
imparcialidad.
Ustedes han logrado que la gente humilde, que la gente
trabajadora, la gente que amamos Honduras lleguemos a un hartazgo, ustedes con
sus ambiciones desmedidas han logrado que las y los que teníamos la leve
esperanza de echar a Honduras adelante, nos demos por vencido.
Han sacudido y alineado las leyes como se les plazca para
salir libradas y librados de las porquerías a las que se prestan solo para
velar por sus intereses personales, pero no ven, no piensan en aquellas y
aquellos que solo comen una vez al día, mientras ustedes se dan sus buenos “manjares”
y “lujos” ante el imperio de desigualdad que han generado en este país.
¿Qué pasa con aquellas y aquellos niñas y niños que
anhelan tener libertad para jugar, para comer, para estudiar? Pero por la
miseria a la que ustedes nos han sometido no pueden, viéndose forzados a trabajar,
a que algunos de sus padres, madres lleguen al suicidio por no tener los medios
para sostener su hogar. Esas vidas cargarán sobre sus espaldas, sobre sus
conciencias y lastimosamente sus generaciones pagarán el triple de lo que hoy
le han hecho y le siguen haciendo a Honduras.
Qué alegría han de sentir que sus hijas e hijos estudien
en las mejores escuelas y universidades fuera de Honduras, pagadas por nuestros
impuestos, mientras aquí nuestras y nuestros infantes y la juventud tienen que
buscar un bloque o una piedra para sentarse a recibir una educación sin pensar
en el desastre que se van a topar cuando sean adultas y adultos gracias a
ustedes, mientras las y los jóvenes tienen que ver como costearse la vida para poder
activar y buscar internet o los medios y poder tener al menos una licenciatura,
pero sabiendo que cuando van en busca de trabajo esos puestos en su mayoría
están reservados o apadrinados, ¿Saben como se le llama a eso? ¡DESIGUALDAD!
Ni les hablo de estadísticas porque eso es otra cosa que tampoco
les importa, pero que a la población le frustra, y debido a ello, la
delincuencia aumenta, los suicidios aumentan, la salud mental se ve afectada,
viviendo en un país como el nuestro, donde noticias positivas solo catalogan a
aquellas donde salen personas que pertenecen a la clase alta. Porque el resto
solo son asesinatos, corrupción, impunidad y todo lo que tenga que ver con sus
ambiciones.
Ahora hablemos de la “salud” que si la educación que nos ofrecen
es “pírrica” no comparemos la salud que nos dan, nos tienen como perros hambrientos,
y lastimosamente es un “respiro” para algunos, ver, aunque sea una carpa donde
van a meter gente porque los hospitales están totalmente colapsados, donde un
tanque de oxígeno se lo comparten 30 min. Entre dos pacientes porque no hay para
más, pero ¿Dónde está el dinero? Son millones tras millones que
Honduras ha aprobado, y recibido para ayudas; Omitan responder, porque la
respuesta la tenemos clara y es lo que se ha venido denunciando a lo largo de
esta pandemia, claro está que como todas y todos los delincuentes que se les ha
acusado no pasará nada, y tampoco se preocupen porque ya un pueblo está harto
de salir a las calles solo a ver correr sangre por exigir lo que le
corresponde.
Estoy seguro que un joven como yo de 23 años, que ha
perdido la cuenta de cuantas veces ha sido afectado por su maldita ambición,
podría crear políticas públicas mejores para atender esta pandemia. Pero tratar
con gente arrogante como ustedes es algo imposible, y así como van las cosas ya
han dejado en claro que la gente no les importa para nada; ver suplicar a una
joven de rodillas en un hospital del Progreso, Yoro para que atiendan a su
madre que está agonizando, me desgarró el alma, que fue mi inspiración para hoy
dedicarles esta humilde carta, una de las tantas cosas que he logrado ver, y como
todo lo que pasa aquí, tenemos que tragar duro ya que no podemos hacer nada.
Ustedes han hecho también que mi salud mental colapse, al
tener que llegar al extremo de estar con terapia psicológica y psiquiátrica,
depender de medicamentos porque no me recupero de ver y absorber las
injusticias que ustedes hacen a diario, mientras la gente es tratada como
basura en unas podridas carpas, ¿No entiendo como pueden dormir, no entiendo
como pueden ir con su día a día y cargar con todo lo que hacen? Y sé que, así
como yo, hay muchas personas que están en un hartazgo terrible, colapsada,
cansada, solo con las esperanzas en que la vida y Dios nos ayuden.
Sí alguien de aquí está pasando por esto mismo, les abrazo
fuertemente, a las y los que sienten
impotencia por todo lo que pasa, a quienes tienen algún pariente interno y
piensan en que podría pasar al estar dependiendo de un sistema de salud
precario, a quienes han perdido un pariente por esperar un simple respirador,
un tanque de oxígeno, y a quienes sienten impotencia por todo esto; unas “autoridades”
que no se interesan ni por el personal médico, enfermería, auxiliares, personal
de aseo, seguridad que está al frente de la línea luchando con este virus.
Saldremos de esta, tengámoslo claro, Honduras ha salido
de muchas cosas y como hermanas y hermanos tenemos que agarrarnos los “huevos”
y los “ovarios” porque un grupo de coprófagos no van a vencer por mucho
tiempo, la justicia les tendrá que llegar tarde o temprano, y si usted no sabe
que es “coprófago” son los animales que se alimentan de puro estiércol. Creo
que no tengo que explicar más al respecto, sólo disculparme con esos animalitos
por compararles con ésta gente aberrante.
He tratado de ser diplomático porque no sé a quien pueda
llegar esta carta, quizás me quedo con muchas cosas que quisiera decirlas, pero
esa se las diré a mi terapeuta porque no puedo utilizar un vocabulario
inadecuado por respeto a usted cómo lector.
Sólo espero que la justicia les llegue pronto y sepan lo
que es lo que el pueblo ha sentido por muchos años, lo repito, me quedo corto
para lo que les quisiera decir, y esta carta sería inmensa si me pongo a desglosar
cosa por cosa que quisiera expresarles. No sé si con mis fuerzas pudieron, pero
animo a la juventud fuerte que siga luchando por rescatar al país de este montón
de estólidos (Estúpidos) que hoy por hoy nos han robado las esperanzas,
los sueños y hasta nuestras lagrimas por ver tantas injusticias.
¡Qué la vida y Dios los perdone, porque nosotras y
nosotros jamás podremos hacerlo! ¡Son lo peor para Honduras!
¡Para mis hermanas y hermanos hondureñas, hondureños! Pronto
saldremos de esta como siempre, tal vez sin muchas personas que quisiéramos y
perdimos por la ineptitud y negligencia de estas autoridades, pero les abrazo,
la vida nos ha dado duro golpe, pero algo que si nos caracteriza es la unidad
en muchos ámbitos, y que esta no sea la excepción.