AUTOR:
KEVIN
“Abracemos la
soledad”
Me di cuenta que tenía que abrazar la soledad, cuando mi alma estuvo rota y no tuve a quien acudir; en ver como aquella madre lloraba a solas para no afectar a sus hijos; en ver aquella anciana en su soledad, sentada en su habitación, sola, sin ninguna compañía de su “familia”; en aquel padre que pese a su avanzada edad tenía que cargar su silla de ruedas por un camino complicado y con un saco donde vendía sus artículos de limpieza; en aquel niño que no tenía con quien jugar y me llamó “hermano” por haber jugado con él, una tan sola vez. En aquel perrito que agachó su cabeza para sentir los golpes de la lluvia porque no tuvo donde refugiarse.
Aprendí que esta vida es difícil de sobrellevar, y que a pesar de las edades todas y todos cargamos con una soledad que no se refleja hasta que llegas a tu habitación para llorar o, auto cuestionarte, además comprendí que eso es suficiente motivo para aquellas personas que no encontraron la paz en esta tierra, en su gente. Y decidieron volar alto, en ese viaje sin regreso donde todos se preguntan ¿Qué pasó, por qué lo hizo?
Abracé la soledad cuando entendí que todas las personas y las cosas son efímeras en nuestra vida, y que cuando se van, tengo que abrazar mi dolor y no aferrarme a nada ni a nadie, sino que tengo que disfrutar a las personas y las cosas cuando las tenga.
Entendí que la soledad se abrazaba cuando pasé el
momento más difícil a solas mientras en mi entorno pensaban que estaba bien, y
cuando reconocí que la soledad, mi soledad, demandaba en sentirse, y eso me
asustó menos, y está bien, por suerte siempre me tengo para mí, y sé que todo
mejorará con el tiempo, aprendí a abrazar mi soledad y hacerla parte de mí.
