ASÍ SE LO CUENTO:
Autor: Kevin Contreras
Honduras logró vencer a una narco dictadura, que oprimió al pueblo durante 12 años, algo que los grupos de poder económico, el crimen organizado y el narcotráfico jamás se imaginaron. El pueblo se volcó para respaldar una coalición de hondureños y hondureñas que depusieron sus intereses para rescatar el país, llevando así a la primera mujer presidenta en la historia de un país patriarcal y conservador.
Pero esa alegría del pueblo está siendo detenida por un séquito de lacayos de esa estructura económica de la cual han mantenido al 74 por ciento de la población en miseria, para seguir amarrándole sus jugosas y atrocidades ambiciones, mediante coimas millonarias a cierto grupo de traidores, para sostener sus contratos lesivos, y así hacer más pobre al pobre.
Ante ello, las bandas criminales que se apostaron a ellos, están detrás de defender la “democracia” que han venido burlando año tras año, por lo que, a la democracia, a la cual el pueblo impuso mediante el sufragio, rompiendo las cadenas de la opresión, hoy esa siendo atacada no solo por la dictadura, si no por la agenda mediática haciéndole saber al pueblo que estamos a las puertas de una crisis y que tiene que primar el diálogo y hasta una tercería para el Congreso Nacional.
Éste pueblo despertó, y sabe que el poder no le compete a éstos grupos de hampones que se han ofendido que el pueblo oprimido entre a donde le ha correspondido estar siempre, dándose así como ofendidos, por la alegría de aquel vendedor, de la ama de casa, del estudiante, de la clase proletaria que pueda entrar y ocupar un curul en los puestos de quienes hoy tienen la obligación de representarle en el hemiciclo; asimismo, yéndose de frente contra los grupos golpistas, de traidores y crimen organizado, que quieren seguir aferrados al poder, y desestabilizar el gobierno de Xiomara Castro.
Los que se golpearon el pecho durante años, llamándose revolucionarios y/o progresistas, a quienes en foros televisivos criticaban este sistema capitalista, clasista y desigual, hoy salen en sus prados blindadas, escoltados y hasta en helicópteros, financiados por los grupos de poder, a esos mismos que vendieron por un peso la dignidad de su llamado pueblo, y que hoy ya el pueblo los conoce.
Honduras cayó en razón, y éste noble pueblo ya no cederá ni un paso el poder que le compete, para que la oligarquía le siga aplastando por un grupo de coprófagos que se vendieron por unos cuantos pesos, dejando de lado a los cientos de mártires, a los presos políticos y aquellos que mueren producto de la desigualdad.
El pueblo enterró la dictadura política, hoy enterrará a los élites económicas que generan desigualdad, a la clase política corrupta y traidora, y a quien sea que quiera nuevamente arrebatarle el poder, mismo que el campesino, las mujeres, las y los niños, Comunidad LGBTIQ+, estudiantes, sindicatos, entre otros, han enfrentado para rescatar al país. Y hoy le tienen miedo al pueblo que no está dispuesto a ceder, pese a ello, la lucha con el crimen organizado acobijado bajo ciertos diputados del Congreso Nacional está sacando las garras para doblegar a éste pueblo que por fin perdió el miedo.
Es ahora o nunca,
el poder no se cede, el poder es del pueblo, y no se debe soltar la lucha
popular que le ha costado sangre, sudor y lágrimas ha Honduras. Ya está
escrito, y es que no pasarán ni volverán nunca más.
