ASÍ
SE LO CUENTO:
Autor:
Kevin Contreras
NUEVE
AÑOS DE CALAMIDAD
Los
hondureños cada día se enfrentan a adversidades que los llevan a tomar
decisiones que se ven afectados hasta sus seres queridos. Días atrás se volvió a
aprobar el famoso “fondo departamental” que ha generado controversia a nivel
nacional, pero, ¿verdaderamente este tema podría haber sido usado como
distractor luego de que el país quedara nuevamente fuera de la Cuenta del Milenio?.
Ese beneficio que es una ayuda de los Estados Unidos para los países pobres del
mundo y que Honduras por novena vez lo reprobó en gobiernos Nacionalistas.
Pese
a que a diario se ven las falacias del gobierno, que sin duda y al costo que
sea necesario se quiere maquillar de la manera más absurda por los diferentes
medios de comunicación, no necesitamos que un organismo internacional nos diga
que las políticas públicas del gobierno están fallando, cuando solo el diario
vivir de cada hondureño se pueden sacar conclusiones del fracaso evidente de un
espurio gobierno que en nueve años ha sido incapaz de beneficiar a un pueblo
abatido por la pobreza.
En
diferentes lados se puede observar como ridículamente se “festeja” por haber
aprobado 11 puntos de estos requisitos como ser facilidad para comenzar un
negocio, efectividad del gobierno, salud infantil entre otros, pero
irónicamente estamos aplazados en el resto que son una bofetada y una ofensa de
un gobierno incapaz de llevar las riendas de un país que sigue en grandes
números de desigualdad, desempleo, falta de educación, seguridad, salud etc.
Honduras
día a día sobresale pero en corrupción, y cada día esto ira aumentando por el
Estado fallido que tenemos, por la justicia mediocre que solo alcanza a los
descalzos y a los verdaderos ratones y con el respeto de esta especie animal, pero
los de saco y corbata que se burlan de lo que queda de “justicia” en este país
cinco estrellas, y digo cinco, y dudando que no se las hayan robado.
Por
consiguiente, Honduras se queda estancada nuevamente, por noveno año
consecutivo, 750 millones que podrían ser invertidos en educación, salud, carreteras
y en tantas cosas que beneficiarían a un pueblo, quedan en la ilusión truncada
de millones de hondureños que piden a gritos de ayuda internacional, ya que desde
la casa presidencial de lo más alto de Honduras no se puede avanzar, y, como
dice la mentira más grande que hemos escuchado en cualquier lugar, que,
“Honduras va en la dirección correcta”, pero en la dirección correcta al
fracaso, si seguimos sosteniendo a la cúpula más corrupta del país.
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